Sendero Luminoso, vínculos con el narcotráfico del Perú

Sendero Luminoso, vínculos con el narcotráfico del Perú. El fantasma de Sendero Luminoso y sus vínculos con el narcotráfico en el Perú, una peligrosa forma de supervivencia.

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Una masacre en uno de los principales valles productores de cocaína de Perú hace poco más de un año es el último crimen sangriento que se atribuye a una facción escindida de Sendero Luminoso grupo terrorista, que sigue representando una amenaza para la seguridad a través de sus oscuros y lucrativos vínculos con bandas de narcotraficantes.

Dieciséis personas fueron asesinadas durante el atentado de San Miguel del Ene en mayo de 2021, lo que lo convierte en una de las peores atrocidades en la historia reciente de Perú.

Se señalaron con el dedo al Partido Comunista Militarizado del Perú (MPCP), facción disidente del grupo militante Sendero Luminoso Moaísta que entre 1980 y 2000 estuvo involucrado en un conflicto interno que cobró 69.000 vidas, según la comisión de la verdad y reconciliación de Perú.

El MPCP ha reemplazado sus viejas raíces ideológicas por la sed de dinero, con lo cual ha tomado el control de la maquinaria de tráfico de cocaína fuera de la región conocida como Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro, o VRAEM por sus siglas en inglés.

Tras la captura del líder de Sendero Luminoso Abimael Guzmán en 1992, el VRAEM, que produce aproximadamente la mitad de la cocaína de Perú, cayó en manos de los hermanos Quispe Palomino.

La muerte de Jorge Quispe Palomino, confirmada en marzo de 2021, dejó a cargo a su hermano Víctor —alias José—.

Comando Especial Vraem

Es probable que José dirija al menos una docena de comandantes y otra docena de subcomandantes, según la lista jerárquica pegada en una de las paredes de la base militar de Pichari, el principal puesto de avanzada del Comando Especial VRAEM (CEVRAEM) del ejército peruano en la región.

“’José’ tiene una organización real, de estilo comunista, tiene sus diferentes comisarios, tiene jefes de aparato militar, aparato político (…) tiene el apoyo de algunos campesinos de la zona”, Manuel Gómez de la Torre , jefe del comando conjunto de las fuerzas armadas, cuenta.

Estos “terroristas radicales”, agrega, manejan la cadena de suministro de la cocaína, desde los rudimentarios laboratorios de procesamiento hasta el transporte de la droga a cambio del pago de las redes de tráfico.

Esta cadena comienza con el cultivo de coca, que se extiende por unas 28.000 hectáreas en el VRAEM y representa el 45% de la agricultura cocalera del Perú.

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