Sarah Zapata, artista emplea técnicas centenarias para arte pop

Sarah Zapata, artista emplea técnicas centenarias para arte pop. La artista con raíces en el Perú, Sarah Zapata, produce piezas que redefinen la artesanía, recuperándola del ámbito del «trabajo de las mujeres».

Sarah Zapata artista

La artista textil emplea prácticas centenarias para presentar imágenes de la cultura pop. Para Sarah Zapata, tejer a mano es una metáfora tanto para expresar como para examinar diferentes facetas de su identidad.

Como estudiante queer estudiaba artes de la fibra y tejido en la Universidad del Norte de Texas, Sarah desconfiaba del color. «Usarlo me puso realmente nerviosa, lo cual es muy divertido ahora», dice, sonriendo a través de mechones de color naranja neón.

“Hay tanto poder que existe dentro del color. Hay tanta alegría y belleza, además de oscuridad», revela.

Desde que se mudó a Brooklyn hace 10 años, Zapata, de 32 años, ha adoptado por completo los colores brillantes y vibrantes en obras escultóricas que exploran los textiles y la artesanía como metáforas para expresar e interrogar sus identidades interseccionales como lesbiana criada en un hogar cristiano evangélico y la hija menor de padre inmigrante peruano de primera generación y madre texana.

La elaboración de textiles a mano «se convirtió en mi forma de controlar mi relación con la tradición y ver dónde encajo en ambas culturas», dice. «Se ha sentido como un regalo realmente increíble».

Técnicas

El acto de tejer a mano, que requiere mucho tiempo y trabajo, es el núcleo de la práctica de técnicas mixtas de Zapata, que combina una variedad de técnicas tradicionales y contemporáneas, a menudo con un efecto abstracto. La resistencia y la duración van de la mano con «la sensación de que tienes que ganártelo», dice.

«Mi práctica también habla de honrar esta tradición y labor, así como el tiempo imaginado y los futuros imaginados», dice.

Su obra revolucionaria, «Siempre X», una pieza monumental montada en la pared instalada en El Museo del Barrio en Nueva York en 2016, es un rompecabezas desenfrenado de planos coloridos y dentados de pelusa tejida a mano y enganchada, aplique de diamantes de imitación, pop imágenes de la cultura y largas coletas de cabello artificial que se burlan de la feminidad y el fetichismo.

Zapata se inspiró en las arpilleras, tapices acolchados narrativos creados por comunidades de artesanas peruanas y chilenas como actos de resistencia política y agencia expresiva.