Peruanos nadan en el Pacífico para evadir estrés pandémico

Peruanos nadan en el Pacífico para evadir estrés pandémico. Decenas de peruanos llegan a nadar al mar para escapar del estrés pandémico mientras el país enfrenta su segunda ola de infecciones por COVID-19.

Peruanos estrés pandémico

El oscuro cielo de la mañana se vuelve azul cuando decenas de peruanos llegan a nadar para escapar temporalmente del estrés en un momento en que la nación sudamericana enfrenta su segunda ola de infecciones por COVID-19.

Para escapar de las noticias negativas de las muertes e infecciones diarias por coronavirus, recurren a las frías aguas del océano para nadar.

«No dejamos de escuchar malas noticias a diario. Y por eso tenemos que escapar un poco aunque sea una hora, hora y media», dijo José Echeandía, de 54 años.

Perú fue uno de los más afectados en la región durante 2020 y ahora está experimentando un resurgimiento de casos. El país de 32,5 millones de personas está viendo una muerte cada cinco minutos por el coronavirus, según datos oficiales.

La escasez de suministros médicos, incluido el oxígeno, y la falta de equipo de protección en los hospitales de todo el país ha afectado la salud mental de los médicos.

Muchos nadadores vienen desde hace décadas ya que lo han hecho desde que eran niños, si tienen coche o viven cerca y pueden pagar las clases de deportes acuáticos.

Estos deportes acuáticos son más populares entre los sectores de clase media y alta de Perú, que tienen ingresos discrecionales para pagar trajes de neopreno que pueden costar varios cientos de dólares.

Crecen cantidad de nadadores

Antes de la pandemia, los peruanos de bajos ingresos también llegaban a la playa de Pescadores para sentarse en la arena, pero estas actividades están prohibidas por ley ahora para evitar multitudes.

La pandemia ha aumentado el número de nadadores en el Pacífico, dice Víctor Solís, un profesor de natación de 47 años.

“Antes de la pandemia, había unos mil nadadores al día, ahora hay unos cinco mil, dice.

En parte, los nadadores han aumentado porque la prohibición nacional de ir a piscinas ha estado en vigor durante los últimos 13 meses.

Nadar en mar abierto le permite a Lorena Choy, de 43 años, relajarse, desestresarse y ver a sus amigos. Ella ha estado nadando desde niña en una piscina pero debido a las prohibiciones, ahora nada en el mar.

«Te ayuda mucho psicológicamente», dijo.

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