Perú, viaje al museo Vargas Llosa en Arequipa
Perú, viaje al museo Vargas Llosa en Arequipa. En la gran casa familiar de Mario Vargas Llosa se guardan sus archivos más preciados como museo incluyendo manuscrito de su primera novela discurso del Premio Nobel de Perú.
Perú museo Vargas Llosa
Mario Vargas Llosa es sin duda el escritor sudamericano vivo más famoso, desde la muerte de Gabriel García Márquez en 2014 como lo evidencia su casa museo en Perú.
Su odisea literaria incluye París, Barcelona, Londres, Nueva York e incluso Jerusalén y Berlín, pero es en Arequipa, en el sur de su Perú natal, donde se encuentra su museo.
En la gran casa familiar en Arequipa se guardan sus archivos más preciados, desde el manuscrito de su primera novela hasta el de su discurso del Premio Nobel del Perú.
Fijados en un asiento en una de las dos estaciones de autobuses de Lima, o en la Terminal Terrestre de Cusco, esperando su partida con los plácidos compañeros peruanos, los aullidos coreados por los agentes de la flota de autocares locales resuenan hasta el mantra: “Arequipa, Arequipa ¡Arequipa, Arequipa!».
La segunda ciudad más grande del Perú, también apodada » La Ciudad Blanca » por sus edificios de sillar -piedra volcánica blanca que da a la ciudad su apariencia suave- vive a la sombra del volcán Misti.
Su catedral se asienta en la Plaza de Armas, tan serena que un policía municipal intentó gritarle a una paloma con su megáfono, instalado en la fuente central, aunque está estrictamente prohibido.
A tiro de piedra de este centro, el inmenso y colorido convento de Santa Catalina, pero también la Alianza Francesa que se beneficia de la mejor zona de la ciudad. Regresar al norte le permitirá finalmente encontrarse con el volcán Chachani, luego esperar al Cañón del Colca, para encontrarse con el gran cóndor…
Para llegar a la casa familiar del escritor y académico peruano francés hay que bajar por la calle de la Merced, pasando por su iglesia, sus colegios y la deliciosa Cevichería Gustos Marinos , hasta el inicio de la ruidosa Avenida Parra. Frente a otra iglesia, un bar karaoke, un casino y una escuela de baile, La Casa Museo Mario Vargas Llosa , donde el gran escritor nacional vivió sus primeros años.
Arequipa Vargas Llosa
Edificio elegante y sobrio, pintado de color gris ceniza. Un ambiente sereno y acogedor, una entrada de 30 soles (unos 8 euros) para un extranjero y la posibilidad de tener el museo para mí solo. Debemos ser claros, Perú es un país donde leemos poco, e incluso el museo que rinde homenaje al gran escritor nacional no es una excepción: todo el viaje es sólo en vídeo, y será necesario saber hablar español.
Cada pieza constituye una etapa cronológica o temática en la vida del autor de Conversation à La Cathédrale (trad. Anne-Marie Casès y Albert Bensoussan). El recorrido es a oscuras, el vídeo obliga, pero no sin luces de colores deslumbrantes.
El hilo conductor: cómo este niño de un país donde en su juventud la mayoría todavía era analfabeta, construyó una obra elogiada en todo el mundo. ?
Es el propio escritor, en realidad aumentada, quien nos da la bienvenida: “Navegando por estas piezas descubrirás cómo nació mi vocación, cómo nacieron algunos de mis libros, las experiencias que me hicieron disfrutar o sufrir, las ciudades que viví. adentro, los trabajos que me permitieron ganarme la vida, las cosas y personas que me ayudaron a fantasear historias. Mis ilusiones, mis aventuras, mis fracasos y también los aciertos y errores que marcan cada biografía».
Casa Museo Mario Vargas Llosa
El programa es tan rico como se anuncia, como las novelas peruanas, obtienes lo que pagas. Todo comenzó en 1936 con los sonidos de la radio transmitiendo noticias desde Arequipa, dominadas por la actividad del volcán Ubinas. En esta casa el joven Mario vivió años de felicidad.
Aprendió a leer a los cinco años, no aquí sino en Bolivia, desarrollándose a la luz de las palabras. Sus recuerdos están marcados por momentos compartidos en el cine Roxy, cartas a Dios por Navidad y una cama llena de libros la mañana del 25 de diciembre.
Visitamos su primera habitación infantil, vintage y burguesa: un caballito de madera, alfombra oriental, candelabros colgantes, muebles antiguos, orinal. Sus referentes masculinos son el tío Lucio y su abuelo materno. Toda la familia lo mima. El padre, al que creía muerto, aparece cuando tiene 10 años, es el final de la edad de oro. Descubre a un hombre duro y autoritario que pretende educarlo a través de amenazas y golpes:
“Me sentí oprimido por su presencia”, relatará más tarde, añadiendo, paradójicamente: “ A la distancia debo muchas cosas, y tal vez mi vocación de escritor».