Perú, Vaticano expulsa a Luis Fernando Figari

Perú, Vaticano expulsa a Luis Fernando Figari. Vaticano expulsó al fundador en Perú de influyente movimiento religioso Sodalitium Christianae Vitae, el oscuro Luis Fernando Figari.

Vaticano expulsó al fundador en Perú de influyente movimiento religioso Sodalitium Christianae Vitae, el oscuro Luis Fernando Figari

Perú Vaticano Luis Figari

El Vaticano expulsó a Luis Fernando Figari, fundador en Perú de un influyente movimiento religioso, del Sodalitium Christianae Vitae. La acción llega después de más de una década de restar importancia a las acusaciones de abuso sexual y psicológico y corrupción financiera.

El decreto de la oficina del Vaticano para las órdenes religiosas se produjo después de que el año pasado el Papa Francisco ordenara investigación al Sodalitium por parte de los principales expertos en abusos sexuales del Vaticano para llegar al fondo del escándalo.

Las comisiones e investigaciones anteriores no habían logrado abordar por completo los problemas del grupo.

Según el decreto, que se publicó en el sitio web de la conferencia episcopal peruana, Francisco dio su autorización explícita para expulsar a Luis Fernando Figari del movimiento, aunque el derecho canónico no cubrió precisamente su presunta mala conducta.

El comportamiento de Figari fue “incompatible y por lo tanto inaceptable en un miembro de una institución eclesiástica, además de causar escándalo y daño grave al bien de la iglesia y de los miembros individuales de los fieles”, dijo.

La expulsión restablecería la justicia dañada por el comportamiento de Figari “durante muchos años, y protegería en el futuro el bien individual de los fieles y de la iglesia”, dijo.

Perú sectas

Figari fundó el movimiento en 1971 como una comunidad laica para reclutar “soldados para Dios”, una de varias sociedades católicas nacidas como una reacción conservadora al movimiento de teología de la liberación de tendencia izquierdista que se extendió por América Latina, a partir de la década de 1960. En su apogeo, el grupo contaba con unos 20.000 miembros en América del Sur y Estados Unidos. Fue enormemente influyente en Perú.

Las víctimas de los abusos de Figari se quejaron por primera vez ante la archidiócesis de Lima en 2011. Pero ni la iglesia local ni la Santa Sede tomaron medidas concretas hasta que una de las víctimas, Pedro Salinas, escribió un libro que detalla las prácticas retorcidas del Sodalicio “Mitad monjes, mitad soldados”, en 2015.

Posteriormente, el Sodalicio encargó una investigación externa que concluyó que Figari era “narcisista, paranoico, degradante, vulgar, vengativo, manipulador, racista, sexista, elitista y obsesionado con los problemas sexuales y la orientación sexual” de los miembros del Sodalicio.

La investigación externa, publicada en 2017, concluyó que Figari sodomizaba a sus reclutas y los obligaba a acariciarlo a él y a otros. Le gustaba verlos “experimentar dolor, incomodidad y miedo”, y los humillaba frente a otros para aumentar su control sobre ellos, según el informe.

Luis Figari

Aún así, la Santa Sede Sede se negó a expulsar a Figari del movimiento en 2017 y simplemente le ordenó que viviera separado de la comunidad del Sodalitium en Roma y que cesara todo contacto con ella. El Vaticano aparentemente estaba atado en nudos por la ley canónica que no preveía tales castigos para los fundadores de comunidades religiosas que no fueran sacerdotes. Salinas lo llamó un «exilio dorado».

La expulsión del miércoles también pone en tela de juicio la fundación misma y la existencia continua del Sodalitium, ya que estos movimientos religiosos siempre están estrechamente vinculados a su fundador y la inspiración original del movimiento.

No quedó claro si se tomarían más decisiones sobre el Sodalitium, que controla importantes intereses económicos.

La expulsión de Figari es el segundo paso personal de Francisco después de que los investigadores de abusos del Vaticano regresaran de Perú el año pasado. En abril, Francisco aceptó la renuncia de un arzobispo peruano y miembro del Sodalicio, el arzobispo de Piura, José Eguren, quien había demandado a Salinas y a otro periodista por sus informes sobre el Sodalicio.

Además de los propios abusos de Figari, sus informes habían expuesto el supuesto desalojo forzoso de campesinos en tierras de la diócesis de Eguren por parte de un desarrollador inmobiliario vinculado al Sodalicio.

El Sodalicio ha dicho en el pasado que estaba colaborando con la investigación del Vaticano. Ha citado a Figari diciendo que es inocente, pero ha calificado de plausibles las acusaciones en “Mitad monjes, mitad soldados”.

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