Perú ratifica el derecho de una mujer a la eutanasia

Perú ratifica el derecho de una mujer a la eutanasia. Tras larga batalla legal, Perú ratifica el derecho de una mujer a la eutanasia, lo que actualiza el debate sobre tal derecho.

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Luego de una larga batalla legal en Perú por el derecho a la muerte asistida, Ana Estrada dijo que ahora se siente libre para evitar sufrir una enfermedad incurable y debilitante que la aqueja desde hace tres décadas.

La Corte Suprema de Perú confirmó esta semana un fallo previo que permite que Estrada, una psicóloga de 44 años, termine con su vida luego de una batalla legal de cinco años y años de enfermedad.

Según la ley peruana, ayudar al suicidio de alguien y matar a un paciente terminal se castiga con pena de prisión.

En un país profundamente católico donde el aborto y el matrimonio homosexual siguen siendo ilegales, la decisión del tribunal se considera un hito en el debate sobre la eutanasia. En Latinoamérica, solo Colombia permite el trámite, pero bajo ciertas condiciones.

«Esta victoria me ayudará a sobrellevar mejor este inminente e inevitable deterioro de la enfermedad. Me dará tranquilidad y calma», dijo a Reuters.

Estrada padece polimiositis, una rara enfermedad que ataca sus músculos con un deterioro degenerativo. Ha pasado la mayor parte de su vida postrada en una cama conectada a un respirador mecánico y con la asistencia casi diaria de una enfermera.

Muerte digna

El fallo de la Corte Suprema emitido esta semana ratifica una decisión judicial anterior que exige que el seguro estatal de salud de Perú proporcione «todas las condiciones» para la eutanasia de Estrada, que debe ejecutarse en un plazo de 10 días a partir de la fecha en que ella expresa su voluntad de terminar con su vida.

La Corte Suprema eximió de cualquier castigo al médico que eventualmente suministró un fármaco destinado a acabar con la vida de Estrada.

«¿Por qué morir con dignidad? Porque quiero evitar el sufrimiento, quiero evitar el dolor, pero sobre todo porque esto se trata de la vida y se trata de la libertad», dijo Estrada recostada en la cama luego de que su enfermera le colocara una almohada.

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