Perú, protestas pacíficas en Lima pero el Sur arde. Las protestas prosiguen en Perú, con ánimo pacífico en Lima, pero apelando a gases lacrimógenos que se utilizan en marchas en el sur del país.
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Grupo de manifestantes intentó tomar este jueves el aeropuerto de la ciudad de Juliaca, al sur de Perú, aunque una numerosa marcha con protestas en la capital Lima terminó sin incidentes.
La Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), principal sindicato del país, había convocado a un “paro nacional” con una manifestación en el centro histórico de Lima, que reunió a miles de peruanos para exigir la renuncia de la presidente, Dina Boluarte, y el adelanto de elecciones a este año.
La marcha comenzó alrededor de las 15:00 horas en la Plaza Dos de Mayo y recorrió las principales calles del centro, libres de enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Los manifestantes, que corearon consignas contra Boluarte y la policía, marcharon pacíficamente y los agentes se abstuvieron de hacer uso de la fuerza, evitando así los habituales enfrentamientos que en ocasiones anteriores se saldaron con decenas de heridos y detenidos, e incluso un muerto.
Mientras la marcha en Lima transcurría sin incidentes por primera vez, unos 1.300 kilómetros al sur, un grupo de manifestantes intentaba tomar el aeropuerto Inca Manco Cápac de la ciudad de Juliaca, donde hace apenas un mes murieron 17 personas en enfrentamientos con la policia.
Juliaca
Sin embargo, en la misma jornada, las fuerzas de seguridad impidieron a los ciudadanos llegar a las instalaciones del aeropuerto de Juliaca utilizando gases lacrimógenos.
El ministro del Interior, Vicente Romero, aseguró que la situación estaba “controlada”, y recordó que la región de Puno, donde se ubica Juliaca, se encuentra en estado de emergencia con las fuerzas armadas encargadas del orden interno.
Desde que comenzaron las protestas antigubernamentales en diciembre, los manifestantes han intentado ocupar aeropuertos en varios puntos del país, provocando el cierre de algunos, como el de Juliaca.
Situada a 3.800 metros de altitud, esta ciudad andina, cercana a la frontera con Bolivia, ha sido el epicentro de las manifestaciones desde que se reanudaron tras una tregua navideña.
Allí, en un intento por tomar el aeropuerto, las protestas vivieron su día más sangriento el 9 de enero, cuando en cuestión de horas enfrentamientos con la policía dejaron 17 manifestantes muertos.
