Perú, Písac en el Valle Sagrado atrae turistas de Israel. En Perú el pueblo de Písac en el Valle Sagrado de los Incas se ha convertido a lo largo de los años en destino predilecto de turistas de Israel.
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Písac, en el Valle Sagrado de los Incas en Perú, se ha convertido a lo largo de los años en el destino predilecto de los turistas de Israel e inlcluso de israelitas que huyen de la intensidad de la vida en su país y de los traumas de la guerra.
Muchos de ellos llegan a Perú en busca de exotismo, “sanación” o espiritualidad. Algunos incluso se han instalado allí.
Una vista aérea de campos de papa, después de la cosecha, en el pueblo peruano de Písac, demuestra el perfil productivo de la zona. A poco más de 30 kilómetros al noreste del centro turístico de Cusco, el pueblo peruano de Písac se encuentra ubicado entre las exuberantes montañas de la Cordillera de los Andes. Atravesado por calles empedradas bordeadas por casas de adobe de dos pisos, el pueblo se distingue por esta notable mezcla de cultura ancestral inca y paisajes impresionantes.
En la Plaza de Armas, la plaza principal de Písac, mujeres indígenas que arrastran alpacas tras ellas se codean con artistas locales que han venido a vender sus creaciones y niños jugando al fútbol. Nada inusual en un pueblo turístico de los Andes. Pero en la plaza, justo enfrente de la iglesia, choca un nuevo elemento de decoración.
Una bandera amarilla adornada con una corona azul cuelga de la balaustrada de uno de los edificios que rodean la plaza. Podemos leer la palabra mashiah, que significa “mesías” en hebreo.
La bandera indica que el edificio pertenece al movimiento jasídico Chabad-Lubavitch, cuyos emisarios están presentes en decenas de países. Inaugurado en abril pasado, el puesto de avanzada de Písac es el tercero en Perú, después de los de Lima y Cuzco.
Hebreo más que inglés
Los líderes del movimiento Jabad en Cuzco decidieron instalarse en Písac luego de observar un fenómeno particular en los últimos años: el pueblo es cada vez más popular entre los turistas israelíes.
En Písac, no es raro escuchar hebreo con más frecuencia que inglés o incluso quechua, la lengua amerindia más hablada en Perú. El rabino de Chabad del pueblo dice que entre 50 y 100 personas asisten a sus servicios de Shabat cada semana. Muchos restaurantes han traducido su menú al hebreo.
Decenas de pegatinas amarillas con la imagen de Menachem Mendel Schneerson, exlíder del movimiento más conocido como “Rebe”, están esparcidas por todo el pueblo.
“Me encanta este lugar”, dice Liad Shor, un israelí de 26 años que vive en Písac desde hace más de un mes. “Písac es un destino turístico popular para los israelíes, así que quería formarme mi propia opinión”.
El pueblo se está convirtiendo gradualmente en una parada en la “ruta del hummus”, un viaje que muchos jóvenes israelíes realizan después de su servicio militar. Conocida de boca en boca, la ruta del hummus atravesó inicialmente partes del sudeste asiático, pero en los últimos años se ha extendido a América Latina.