Perú, obispo Escudero pide no casar a parejas de mismo sexo. Obispo Rafael Escudero de Perú ha ordenado a sus sacerdotes no casar a parejas del mismo sexo o las llamadas en situación irregular.
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Al emitir una crítica enérgica y exhaustiva a la Fiducia Supplicans, el obispo Rafael Escudero de Perú ha ordenado a sus sacerdotes “no realizar ningún tipo de bendición” a parejas del mismo sexo o parejas en situación irregular.
“El día de mi ordenación episcopal juré solemnemente ‘conservar el depósito de la fe en pureza e integridad, según la tradición observada siempre y en todas partes en la Iglesia desde los tiempos de los apóstoles. Por ello, advierto a los sacerdotes de la Prelatura de Moyobamba que no realicen ningún tipo de bendición a parejas en situación irregular o a parejas del mismo sexo”, explicó el obispo de la prelatura territorial peruana de Moyobamba.
Según lo ve Escudero, el documento del dicasterio “perjudica la comunión de la Iglesia, ya que tales bendiciones contradicen directa y gravemente la revelación divina y la doctrina y práctica ininterrumpida de la Iglesia católica, incluido el reciente magisterio del Papa Francisco, razón por la cual no existen citas a lo largo de la declaración que están respaldadas por el magisterio anterior”.
“En su ‘Responsum’ de 2021, la Congregación para la Doctrina de la Fe nos dijo con la firma del Santo Padre que ‘la Iglesia no tiene ni puede tener el poder de bendecir las uniones de personas del mismo sexo’”, anotó.
Fiducia Supplicans, publicada el pasado 18 de diciembre, permite bendiciones pastorales “espontáneas” para “parejas del mismo sexo” y otras parejas en “situaciones irregulares”. No permite bendiciones litúrgicas para parejas homosexuales y establece que las bendiciones pastorales no deben impartirse “al mismo tiempo que las ceremonias de unión civil, y ni siquiera en conexión con ellas. Tampoco podrá realizarse con vestimentas, gestos o palabras propias de una boda”.
Críticas
La declaración rápidamente provocó reacciones tanto de bienvenida como de rechazo por parte de los obispos de todo el mundo. Según Escudero, el texto ha provocado una «confusión sin precedentes» entre el «clero y muchos fieles» de su jurisdicción.
Después de varios días de oración y reflexión, el prelado concluyó que la bendición de este tipo de parejas “es un grave abuso del santísimo nombre de Dios, que se invoca sobre una unión objetivamente pecaminosa de fornicación, adulterio o, peor aún, actividad homosexual”.
Homosexuales
“Además, en última instancia hay que subrayar que “los actos homosexuales son desordenados y, sobre todo, contrarios al derecho natural” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2357). Dios nunca bendice el pecado. Dios no se contradice. Dios no nos miente. Dios, que ama siempre incondicionalmente al pecador, busca por eso que se arrepienta, se convierta y viva”, declaró el obispo.
Según Escudero, “bendecir a una pareja” es lo mismo que “bendecir la unión que existe entre ellos”, ya que “no existe una forma lógica y real de separar una cosa de la otra. ¿Por qué si no pedirían una bendición juntos y no dos bendiciones separadas?
Para el obispo de Moyobamba, el problema es aún más grave, ya que algunos obispos y sacerdotes, “contraviniendo la moral objetiva de la Sagrada Escritura y la sagrada tradición, llevan mucho tiempo confundiendo al pueblo de Dios con la bendición indiscriminada de estos objetivos objetivamente uniones desordenadas y por tanto pecaminosas, cometiendo horrendo sacrilegio”.
Escudero no sólo ordenó a sus sacerdotes no dar la bendición a parejas del mismo sexo o en situación irregular sino que los exhortó a seguir “siguiendo la praxis ininterrumpida de la Iglesia hasta la fecha, que es bendecir a toda persona que pida una bendición”.
Escándalo
“Evitaremos todo escándalo, confusión, inducción al pecado, y al mismo tiempo seguiremos mostrando la misericordia que la Iglesia siempre ha mostrado a todo pecador que se acerca a ella, ofreciendo sobre todo la conversión, el perdón, la vida de la gracia. y vida eterna. La Iglesia bendice a los pecadores, pero nunca su pecado o su relación pecaminosa”, enfatizó.
Por eso, prosiguió Escudero, el clero, por “caridad pastoral”, tiene el deber de llamar a la conversión a quienes se encuentran en situaciones de pecado.
“Cualquier pecador sinceramente arrepentido y con la firme intención de dejar de pecar y poner fin a su situación pública de pecado (como, por ejemplo, la convivencia fuera de un matrimonio canónicamente válido o de una unión entre personas del mismo sexo), puede recibir una bendición y, mejor aún, absolución sacramental y sagrada comunión”, explicó.