Perú, nuevo escándalo en el gobierno cada 36 horas

Perú, nuevo escándalo en el gobierno cada 36 horas. En récord, el gobierno del Perú suma un nuevo escándalo cada 36 horas, acumula 237 situaciones polémicas en solo un año.

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Casi la mitad de los escándalos del gobierno están vinculadas a investigaciones y denuncias. Especialistas consultados por El Comercio coinciden en que la incompetencia política con la que el presidente accedió al poder ya no sirve de excusa para errores sistemáticos y señales de supuestos ilícitos.

Del total de casos, 77 respondieron a la evolución de investigaciones fiscales o del Congreso, mientras que 31 se originaron por denuncias expuestas por los medios de comunicación.

Desde las reuniones irregulares en la casa de pasaje de Sarratea hasta los supuestos visos de corrupción denunciados públicamente por el ahora exministro Mariano González, el presidente Pedro Castillo y su entorno directivo se han visto envueltos, en un solo año, en un total de 237 situaciones polémicas y escándalos Esto implica que, cada 36 horas en promedio, el Ejecutivo fue el centro de un nuevo desafío.

Paralelamente, con base en denuncias e informes de la Contraloría, la administración Castillo ha sumado 138 nombramientos cuestionados entre los distintos ministerios. De este número de funcionarios, 41 permanecen en sus cargos a la fecha, a pesar de la falta de idoneidad o experiencia señalada.

Supervivencia

En diálogo con El Comercio, la politóloga Paula Távara estimó que, en estos 365 días de continuas crisis y designaciones fallidas, el Ejecutivo ha mostrado falta de aprendizaje y falta de claridad sobre la orientación de sus propias políticas. Además, ha destacado que el número de nombramientos por mero ‘cuoteo’ político o amistoso ha mostrado una dinámica mayor de supervivencia que de preocupación para la Administración Pública.

“Para aprender hay que tener una voluntad efectiva de aprender, de escuchar a los que saben, de rodearse de los mejores asesores posibles, que ayuden en esa toma de decisiones y en ese aprendizaje. Y también tienes que tener cierta claridad programática, ideológica, discursiva sobre lo que quieres hacer. Lo que hay es falta de interés por hacer una gestión pública de calidad. No se dan formas y habilitaciones políticas”, comentó Távara.

El politólogo Paolo Sosa señaló que, a lo largo de los meses, el gobierno del presidente Pedro Castillo se ha limitado cada vez más a la supervivencia, dada la cantidad de vínculos con supuestos ilícitos. Cabe recordar que el mandatario es objeto de cuatro investigaciones adelantadas por la Fiscalía Nacional por los casos Puente Tarata (presunta mafia en el MTC que involucra también a sus sobrinos y al exministro Juan Silva, entre otros), Ascensos militares y policiales, Encubrimiento de prófugos (tras la destitución del Ministro Mariano González), y PetroPerú (por las compras de biodiesel que habría beneficiado a la empresa Heaven Petroleum Operators).

Adicionalmente, Castillo y su esposa, Lilia Paredes, tienen una investigación fiscal por el presunto plagio de su tesis de maestría.

“Es evidente que el gobierno está absolutamente dedicado a la supervivencia. No solo por su lucha con el Congreso y con la oposición, sino también con estos frentes legales que se han abierto [por supuesta corrupción] y que involucran a distintos actores del Ejecutivo e incluso a familiares del presidente. Creo que en eso se ha convertido el gobierno en los últimos meses. Se han dejado de lado las promesas más importantes de la campaña y todas las actividades, acciones y estrategias del gobierno han estado encaminadas a combatir a la oposición pero, sobre todo, a controlar estos frentes legales”, dijo Sosa.

Prensa

Durante este tiempo, el presidente ha seguido mostrándose evasivo y confrontativo con la prensa, al punto de dar declaraciones por un total de menos de hora y media en todo un año. Sus entrevistas con medios locales suman solo cuatro, además de la única que concedió a una cadena internacional, como CNN. Su mayor período de silencio fue de 110 días y, en el ínterin de los destapes periodísticos, arremetió con críticas y acusaciones contra la prensa en actividades oficiales.

Para Paula Távara, el discurso de la ‘persecución mediática’ ha tomado un punto de desgaste ante la acumulación de escándalos. “Con el Consejo de Ministros descentralizado o con algunas promesas o incluso diciendo que [sectores de la prensa o la política] ‘no dejen trabajar’, se puede mantener un electorado duro. Pero eso no dura cinco años. La excusa del maltrato a la clase política oa los medios de comunicación se está agotando cuando los errores van en aumento y claramente del gobierno”, dijo.

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