Perú, larga marcha de campesinos a Lima

Perú, larga marcha de campesinos a Lima. Grupos indígenas chanka de Perú llegan a Lima para unirse a una inminente marcha de protesta antigubernamental junto con miles de campesinos.

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Campesinos e indígenas se encuentran entre los miles de manifestantes que prometen marcha histórica en Lima para exigir la renuncia de la presidenta del Perú, Dina Boluarte. También piden la disolución del parlamento y nuevas elecciones de forma inmediata.

«Escucha Dina, vienen los chankas», coreaban los integrantes de esta etnia con fama de guerreros. Algunos dicen que no se detendrán ante nada para hacer oír su voz.

«Si un peruano no es capaz de dar la vida por su país, entonces no es peruano», dijo Abdón Félix Flores Huamán, de 30 años, psicólogo desempleado y padre de una niña pequeña.

«Algunos hermanos ya han perdido la vida. Nosotros también estamos dispuestos a dar las nuestras para que mi hija tenga mejores oportunidades, para que no sea una india marginada».

Los chankas comenzaron su viaje el domingo por la tarde desde la ciudad montañosa de Andahuaylas, en la región sur de Apurímac.

Un día después de su viaje, la policía los bloqueó en la ciudad de Humay, todavía a unos 200 kilómetros al sur de Lima.

Finalmente lograron llegar a la capital en la madrugada del martes después de un viaje de 40 horas.

Ahora están esperando que comience la protesta.

Manifestación

Miles de manifestantes, en su mayoría del sur del país, han venido llegando a Lima en los últimos días para dar su peso a una movilización social.

Los enfrentamientos posteriores entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad han dejado 42 muertos, mientras que el gobierno ha declarado el estado de emergencia en partes del país, incluida Lima, en un intento por calmar los disturbios.

En Humay, la policía claramente había recibido órdenes de frenar a los manifestantes que se dirigían a Lima.

Una fila de policías con cascos y escudos antidisturbios impedía el paso de los coches, otros custodiaban la comisaría local.

En diciembre, al menos dos personas fueron asesinadas en Andahuaylas, uno de los epicentros del movimiento de protesta. El apoyo a los manifestantes es alto.

«En las comunidades, todos han dado uno o dos soles. Con este dinero llegamos a Lima», dijo Flores Huamán.

La crisis política y social muestra la ruptura entre la capital y las provincias pobres que apoyan a Castillo y que vieron en su elección una venganza contra el desprecio de las élites limeñas

‘Es una lucha por la nación Chanka. Es una lucha de quechuas y aimaras contra un estado que después de 200 años de ser república nos sigue marginando. Esta es una lucha contra el racismo’, dijo.

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