Perú juega el futuro, ahora en el Poder Judicial
Perú juega el futuro, ahora en el Poder Judicial. Desafíos legales en una elección extremadamente justa son parte fundamental de la democracia en el Perú, con mayor protagonismo del Poder Judicial.
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Durante la campaña presidencial peruana a principios de este año, el candidato socialista Pedro Castillo dijo a los votantes que nacionalizaría los activos de los inversores extranjeros.
No dijo si esto se aplicaría a las corporaciones chinas que poseen miles de millones de dólares de intereses mineros peruanos. Pero predecir que no lo hará no es exactamente arriesgarse.
Castillo es un rabioso anticapitalista respaldado por la extrema izquierda de Perú. Es un socio perfecto para Beijing, que ni siquiera pretende preocuparse por la corrupción o los derechos humanos. China está ansiosa por aumentar su influencia política y económica en América del Sur, e hizo incursiones en Perú cuando, en mayo de 2019, el entonces presidente Martín Vizcarra, quien luego fue acusado de corrupción y destituido de su cargo, firmó su Cinturón y Iniciativa vial.
La carta de China que se espera que juegue Castillo es una de las razones por las que los peruanos, junto con los Estados Unidos y otras democracias, tienen interés en una revisión transparente de los votos impugnados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 6 de junio. Pero no es el único.
En este contexto el Poder Judicial del Perú está en los ojos de todos. Y no solamente en el país.
La diferencia entre el total de votos de Castillo y su rival de centro derecha, Keiko Fujimori, es extremadamente estrecha. Si Castillo es declarado ganador, ha amenazado con usar su escasa mayoría como justificación para romper la constitución económicamente liberal del país y reemplazarla por algo más cercano a la de Venezuela.
No es una exageración decir que él cree que el 50,1% de los votos da derecho al ganador a aplastar los derechos del otro 49,9%.
Esta no es razón para negarle a Castillo una victoria si ganó de manera justa. Pero refuerza el caso de la máxima transparencia, que solo puede garantizarse mediante una audiencia imparcial de ambas partes. Si se puede tomar la palabra en cuenta a. Castillo, la libertad peruana está en juego.