Perú, dólar cerró a la baja frente al sol. Este lunes 16 de octubre el Banco Central de Reserva (BCR) de Perú informó que el dólar estadounidense cerró a la baja frente al sol peruano.
Perú dólar sol
El Banco Central de Reserva (BCR) del Perú informó que al inicio de la semana el dólar estadounidense cerró a la baja frente al sol peruano, marcando un cambio sutil pero significativo en la situación financiera del país.
En el ritmo acelerado de las finanzas globales, el tipo de cambio es un factor vital, casi como el latido del corazón en los humanos.
Este lunes en particular, el dólar estadounidense en Perú abrió a S/3.8542, según el portal de divisas Bloomberg, sólo para luego desplomarse.
El baile del dólar en Perú no es una actuación solitaria. Es una coreografía compleja, influenciada por la Sunat –la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria de Perú– cuyo tipo de cambio sirve como referencia en materia tributaria.
La fluctuación del dólar frente al sol está sujeta principalmente a la cotización del BCR. A diferencia de un guión predeterminado, es una narrativa de suspenso, donde el valor del dólar se desarrolla en tiempo real, dando forma al destino financiero de individuos y empresas por igual.
El dólar paralelo en Perú está fijado en S/3,810 para la compra y S/3.83 en la venta.
En las sombras del sector financiero formal, se desarrolla una narrativa paralela, que habla de la resiliencia y el ingenio del peruano.
Fondos Pensiones
El ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, indicó que alrededor de 2,3 millones de ciudadanos peruanos ya no dependen del ahorro para su vejez, tras los retiros de dinero de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) (privadas) previamente aprobados por el Congreso de la República.
«Lo más dramático es que 2,3 millones de afiliados se han quedado sin fondo de pensiones, eso quiere decir que su cuenta hoy está en cero. El riesgo de desprotección se ha generado para más de 2 millones de peruanos que tenían algún ahorro para la vejez pero no ya no dependemos de ellos», advirtió Contreras.
«En el futuro dependerá de su suerte y de su capacidad para recuperar esos fondos. Para el Estado (peruano) esto significa un riesgo fiscal porque es probable que, al mismo tiempo, estas personas puedan caer en la pobreza y en la extrema pobreza, lo que conduciría a una expansión de los programas sociales con sus evidentes costos fiscales», añadió.