Perú, disculpas de Márcio Paulo de Souza de Solidatium. Carta de disculpa firmada por el padre Márcio Paulo de Souza del Sodalitium Christianae Vitae repara en la víctimas de la secta de Perú.
Perú Márcio Paulo Solidatium
En carta enviada a varios miembros y ex miembros de un grupo laico de Perú plagado de escándalos el sacerdote Márcio Paulo de Souza pidió disculpas a las víctimas e instó a las autoridades internas a hacer reparaciones.
La carta de disculpa, firmada por el padre Márcio Paulo de Souza, miembro del Sodalitium Christianae Vitae (SCV) que vive en una casa comunitaria en Arequipa, tiene un tono muy diferente al adoptado por otros miembros del grupo que han sido expulsados en las últimas semanas.
En su carta, de Souza dijo que ha mantenido conversaciones con varias víctimas del SCV, y ha compartido “con profundo dolor su sufrimiento, sus heridas y las tremendas secuelas que les han dejado los diversos abusos sufridos en nuestra institución”.
Solidatium Perú
Fundada por el laico peruano Luis Fernando Figari en 1971, la SCV durante la última década ha sido fuente de escándalo generalizado debido a acusaciones de diversas formas de abuso, incluido el abuso sexual de menores y corrupción financiera por parte del propio Figari y otros miembros importantes.
El verano pasado, el Papa Francisco envió a sus principales investigadores para realizar una investigación en profundidad sobre el grupo que hasta ahora ha resultado en la expulsión de Figari y otros 14 miembros de alto rango acusados de varios delitos.
Algunos de los expulsados han negado las acusaciones contra ellos y han respondido a los investigadores del Vaticano, así como a la nunciatura papal en Perú.
Uno de ellos, el padre Jaime Baertl, dijo que una víctima que lo acusó de abuso sexual estaba “confundida” y envió una carta certificada a la embajada papal en Lima exigiendo correcciones a su anuncio de expulsión, calificándolo de “falso y difamatorio”.
De Souza en su carta, sin embargo, pidió perdón a todos aquellos que han sufrido abusos espirituales, sexuales, psicológicos y físicos, así como abusos de conciencia y de autoridad, por parte de miembros del SCV.
“Comparto sus sufrimientos y prometo seguir rezando por cada una de estas víctimas y por todas sus familias”, afirmó.
Se comprometió a hacer todo lo que esté a su alcance para “mejorar la atención que venimos brindando a las víctimas” y expresó su esperanza de que “se lleve a cabo un proceso de reparación digno, integral y justo”.
Perú iglesia escándalos
Desde que en 2015 se hicieron públicos los escándalos que rodean al SCV, el grupo ha creado dos comisiones independientes para recibir y evaluar las denuncias y hacer recomendaciones sobre indemnizaciones.
Algunos exmiembros afirman que, si bien han recibido sumas modestas a modo de reparación, no son suficientes para cubrir el tratamiento psicológico y los gastos médicos de las afecciones que desarrollaron o que fueron causadas por su estancia en la comunidad, y otros afirman que hasta ahora no han recibido nada.
De Souza en la carta también pidió perdón a las víctimas “por nuestra insuficiente y lenta reacción, así como por las omisiones en el proceso de reparación y acompañamiento que les hemos ofrecido, provocando muchas veces que sean revictimizadas y sufran más”.
“Pido perdón a la Iglesia y a la gente que se ha sentido escandalizada por la situación” que vive el SCV y por la “insuficiente atención del SCV a las víctimas que han sido abusadas y maltratadas en nuestras comunidades”, dijo.
Subrayó su compromiso personal de enmendar los daños causados y ofrecer oraciones por la sanación y la “justa reparación” de las víctimas del SCV.
Cabe destacar que de Souza también se dirigió directamente a las autoridades del SCV, pidiendo que “establezcan con prontitud medidas e instancias renovadas, adecuadas, seguras y eficientes para escuchar y atender a las víctimas”.
Las víctimas, dijo, “siguen clamando por una reparación justa y completa, aceptando con docilidad filial las decisiones del Santo Padre” y de otras entidades eclesiales.
De Souza cerró invocando a Jesús como “víctima de reconciliación” y pidiendo que Dios ayude a sanar, consolar y fortalecer a las víctimas del SCV que han sufrido abusos espirituales, sexuales, psicológicos, físicos y de conciencia, así como abusos de poder dentro de la comunidad.
Pidió que Jesús ayude a los miembros del SCV “a tomar conciencia del enorme daño que hemos causado a estas víctimas, que son nuestros hermanos, y, arrepentidos, tomemos el propósito de enmendarnos y emprender con ellos un renovado camino de reparación digna, integral y justa”.
Así lo exigen tanto la caridad cristiana como “nuestra misión de ‘artesanos de la reconciliación’”, afirmó.
