Perú, Deborah Trapunsky deslumbra con panadería judía

Perú, Deborah Trapunsky deslumbra con panadería judía. Deborah Trapunsky es la fundador de la única panadería judía de Perú, quien ha convertido clásicos gastronómicos en motivo de reflexión.

Perú Deborah Trapunsky panadería judía

En la víspera de la Navidad en Perú en 2016 Deborah Trapunsky estaba horneando jalá para una amiga no judía que quería un regalo único para su novio. Sus amigos siempre habían amado su jalá, y disfrutaba compartir este aspecto de su cultura con ellos.

Pero esa noche, Trapunsky pensó que vería si alguien más estaría interesado en alguna jalá para acompañar su cena de Navidad. Así lo publicó en Facebook.

La respuesta fue abrumadora.

Trapunsky terminó recibiendo casi 100 pedidos y, sin un horno profesional, apenas pudo satisfacer la demanda. Usando la pequeña cocina de sus padres para completar los pedidos, Trapunsky dijo que tenía que «colonizar» el apartamento de sus padres, usando cada encimera para amasar, colocando jalás en todas las habitaciones para enfriarlas y luego empaquetarlas.

Mientras conducía por Lima el día de Navidad completando todas las entregas, mientras la mayoría de los peruanos celebraban con sus familias, Trapunsky tramó un plan para convertir la respuesta inesperada en un negocio.

Jalá

“Me sorprendió mucho cuando los pedidos comenzaron a crecer y crecer”, dijo. “No tenía idea de nada, ni idea de cuánta jalá podía hornear, ni idea de cómo hacer el empaque… pero así fue como comenzó todo”.

Llamó a su creación Oh-jalá, un poco de juego de palabras, ya que “ojala” significa “espero” y jalá es la palabra española para jalá, el pan Ashkenazi trenzado que se hace tradicionalmente en Shabat y en las festividades.

Siete años después de esa publicación navideña en Facebook, la panadería se mudó de una pequeña cocina de 120 pies cuadrados a un espacio de ladrillo y cemento de 1,200 pies que abrió en 2020 en el garaje de una antigua casa colonial en el elegante barrio de San Isidro.

Trapunksy, que tiene 30 años, pasó de vender cuatro sabores de jalá a 12, incluidas variedades veganas y de nutella, y pasó de vender solo jalá a ofrecer café, hamantaschen (para Purim), una variedad de mollejas e incluso bagels. Se aseguró de agregar el descargo de responsabilidad de que los suyos no están a la par con los bagels de Nueva York, pero que son suficientes para el viajero en Perú que anhela el alimento básico judío-estadounidense.

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