Perú, cómo Rudolph August Berns engañó sobre tesoros incas

Perú, cómo Rudolph August Berns engañó sobre tesoros incas. Rudolph August Berns en Perú se convirtió en un “carismático impostor” en busca de tesoros incas engañando hasta a expertos.

Perú Rudolph August Berns

“Este es el perfil típico del impostor carismático”, avanza Die Süddeutsche Zeitung sobre Rudolph August Berns. El denostado aventurero dedicó su vida a resolver un misterio que aún hoy fascina: “el legendario tesoro de los últimos incas”.

Nacido en 1842 en Krefeld, en el oeste de Alemania, “Berns era conocido por su carácter solitario”, rastrea el diario de Múnich. Luego de sus estudios, el joven emigró al Perú, “en el interior del país, donde [la leyenda del] tesoro inca es omnipresente”.

El tesoro, si existe, fue insinuado en un relato del siglo XVI por el conquistador español Pedro Pizarro. Según este último, el rey inca Manco Cápac II, queriendo expulsar a los cristianos de América del Sur, “les habría hecho colgar montañas de oro y plata en cantidades tan fabulosas que las riquezas descubiertas hasta entonces por los europeos en el país no pesa más, en comparación con este tesoro, que un simple grano en un barril lleno de maíz”, recuerda Die Süddeutsche Zeitung.

Pero a finales de siglo, derrotado por los españoles, el reino de Manco “desaparece paulatinamente, engullido por la selva virgen”, narra el diario alemán. Desde entonces, el mito ha persistido y mucha gente cree que el tesoro todavía está escondido en algún lugar del desaparecido imperio.

Fabuloso tesoro

“En el siglo XIX, varias expediciones partieron en busca del último refugio de los Incas y su fabuloso tesoro”, explica el diario. Y Augusto Berns, “como se llamaba entonces”, fue de los primeros en embarcarse en esta aventura. Luego de infructuosas investigaciones, el aventurero decidió crear su empresa, Huaca del Inca.

Die Süddeutsche Zeitung informa: “Huaca del Inca prometió descubrir las reservas de oro y plata de la civilización desaparecida, y hacer la fortuna de sus accionistas”.

Pero después de robar a sus inversionistas, Augusto Berns desapareció llevándose consigo la fortuna amasada a través de su negocio, “su propio tesoro inca”.

Desde entonces, entre la ciudad de Choquequirao, Machu Picchu o el sitio arqueológico de Espíritu Pampa, ha sido imposible saber con certeza la ubicación del reino de Manco. El diario alemán indica: “El primer sitio no está lo suficientemente al norte, el segundo nunca ha sido quemado y el tercero está cerca de un arroyo insalubre”.