Perú, alcalde de Lima cierra Museo de la Memoria inexplicablemente. Alcalde de Lima en Perú cerró Museo de Memoria, con foco en la tolerancia, lo que para el confeso Opus Deis López Aliaga no parece relevante.
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El alcalde de Lima, capital del Perú, cerró el museo llamado Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social, conocido por sus siglas Lum. El museo abrió sus puertas en 2015, pero López Aliaga, que ha confesado ser miembro del Opus Deis y estar casado con la vírgen María, ha cortado su historia.
El museo que abrió polémica y rechazo en Lima representa un símbolo de las personas que murieron entre las décadas de 1980 y 1990, una de las páginas más sangrientas en la historia del país.
Al abrir este museo, los peruanos querían crear un espacio para recordar a todos los que murieron en esa década. Desde su apertura el museo recibía alrededor de 60.000 visitantes al año. Además, se convirtió en un lugar público para una mejor comprensión de la historia y los antecedentes del conflicto. Todo se detuvo con la decisión de un alcalde de Lima.
La autoridad en cuestión, Rafael López Aliaga manipula mucho al público y difunde información incorrecta. Él y sus seguidores refutaron enérgicamente el asesinato generalizado llevado a cabo tanto por el ejército peruano como por la insurgencia maoísta Sendero Luminoso.
Los activistas de derechos humanos en Perú dicen que de esta manera se está olvidando una parte importante de la historia para el pueblo, así como los asesinatos en masa. Difundir información errónea es muy peligroso: la población sin educación lo acepta como verdad. De esta manera, una gran parte o la mayor parte de la población no ve lo que realmente está pasando.
López Aliaga
López Aliaga, uno de los fundadores del partido de extrema derecha Renovación Nacional, habló negativamente sobre el museo desde su apertura. Lo llamó una “ofensa a la nación” que vende una “narrativa falsa” de la guerra. La guerra se cobró casi 70.000 vidas, como muestra la comisión de la verdad y la reconciliación de Perú. Es la lucha más cruenta de la historia peruana contemporánea.
El museo estaba ubicado en el municipio de Miraflores, que es supervisado por un simpatizante del partido político de López Aliaga.
Activistas se pronunciaron sobre los hechos, por ejemplo Eduardo González Cueva. Trabaja como consultor de derechos humanos en el Centro Internacional para la Justicia Transicional de Nueva York.
Cueva se sorprendió con el cierre del museo. También cree que la acción encaja en un movimiento de derecha más grande. Este movimiento niega los crímenes cometidos por agentes gubernamentales en América Latina. Además, esta es la campaña global del movimiento conservador radical para tomar el control de los conflictos culturales.
La UE en Perú también se pronunció: “La memoria histórica es un valor fundamental de todas las democracias”, tuiteó la Unión Europea en Perú la semana pasada, alabando al museo como un lugar donde los ciudadanos podían “informarse y reflexionar sobre lo que sufrió el Perú, para que nunca se vuelva a repetir”.