Papa Francisco en Perú, ascenso de jesuítas
Papa Francisco en Perú, ascenso de jesuítas. El difunto Papa Francisco aceptó la renuncia de un obispo del Perú acusado de ignorar abusos promoviendo religioso jesuíta.
Papa Francisco Perú
En febrero el difunto Papa Francisco aceptó la renuncia de un obispo del Perú acusado de ignorar abusos. El influyente obispo peruano fue criticado por no hacer lo suficiente para detener los abusos cometidos por un movimiento católico conservador que fue recientemente disuelto por el Vaticano.
El Papa Francisco aceptó su renuncia, al tiempo que la Conferencia Episcopal Peruana anunció que el arzobispo Miguel Cabrejos, de la diócesis de Trujillo, será reemplazado por el obispo jesuita Gilberto Vizcarra.
No se proporcionó el motivo de la decisión del Papa por entonces.
Cabrejos, de 76 años, fue presidente de la Conferencia Episcopal de Perú hasta enero, y ocupó ese cargo durante 12 años.
En una declaración publicada el año pasado, el arzobispo dijo que había presentado su carta de renuncia al Vaticano en 2023, de acuerdo con las leyes de la Iglesia Católica que exigen a los obispos prepararse para la jubilación a los 75 años.
Durante el tiempo en que Monseñor Cabrejos dirigía la Conferencia Episcopal, el movimiento católico con sede en Perú, Sodalitium Christianae Vitae, fue acusado de abusar sexualmente de sus reclutas, de amenazar a periodistas y de implementar planes para despojar a los campesinos de sus tierras en el norte del Perú.
Las víctimas del movimiento, también conocido como SCV, han acusado a Cabrejos de hacer la vista gorda ante estas prácticas.
“Era indiferente hacia las víctimas”, dijo Pedro Salinas, periodista y ex miembro del SCV que publicó un libro sobre los abusos del grupo que desencadenó varias investigaciones sobre el movimiento católico conservador.
El SCV, fundado a principios de los años 70, fue disuelto en enero por el Papa Francisco.
En 2017, un informe encargado por la dirección del grupo determinó que su fundador, Luis Figari, sodomizaba a sus reclutas y los sometía a humillantes abusos psicológicos y sexuales.
Tras un intento de reforma, Francisco envió a sus dos investigadores de mayor confianza, el arzobispo Charles Scicluna y monseñor Jordi Bertomeu, a investigar los abusos del Sodalicio. Su informe reveló abusos de poder, autoridad y espiritualidad, propios de sectas sádicas, abusos económicos en la administración de los fondos eclesiásticos e incluso casos de acoso a críticos.
El informe de 2023 de Bertomeu y Scicluna resultó en las expulsiones el año pasado de Figari y de otros 10 miembros importantes, incluido un arzobispo que había demandado a Salinas y a la periodista Paola Ugaz por sus reportajes y se vio obligado a jubilarse anticipadamente.
En una reciente entrevista con el diario peruano La República, Cabrejos dijo que la Conferencia Episcopal de Perú había estado advirtiendo al Vaticano sobre los abusos cometidos por el SCV desde 2015. El arzobispo afirmó que los investigadores enviados a Perú por el Vaticano basaron sus hallazgos en información que ya había sido recopilada por los líderes de la iglesia peruana durante varios años.
El SCV fue fundado en 1971 como una de varias sociedades católicas nacidas como reacción conservadora al movimiento de teología de la liberación de tendencia izquierdista que se extendió por América Latina en la década de 1960.