Obispos en Perú lamentan tragedia por choque mortal entre mineros. Después que al menos 14 mineros murieran en disputa minera ilegal en la región de Arequipa, los obispos de Perú han asegurado a las víctimas sus oraciones.
Obispos Perú mineros
Los obispos de Perú han asegurado a las víctimas sus oraciones y han instado a las autoridades a intensificar sus esfuerzos para prevenir más violencia.
Según las autoridades locales, el enfrentamiento ocurrió entre el 1 y el 2 de junio en Arequipa, que se ubica a unos 1000 kilómetros de Lima, la capital.
La mitad de los 14 cuerpos descubiertos fueron encontrados en un sector conocido como Catarata, en Atico, que se encuentra dentro de la concesión Minera Intigold, y los otros siete fueron encontrados en un sector denominado Huanaquita.
Unas 31 personas han sido arrestadas en relación con el incidente, y la policía confiscó armas de fuego, municiones y chalecos antibalas.
Inicialmente, las autoridades creyeron que la disputa estalló entre mineros legales e ilegales, o “informales”, que deben operar dentro de las normas legales. Sin embargo, desde entonces las autoridades han concluido que la disputa tuvo lugar entre mineros que trabajaban para dos empresas diferentes.
Enfrentamientos
Según medios locales, los enfrentamientos se generaron por una disputa por un yacimiento de oro y cobre que ambos grupos reclamaban en la zona de Huanaquita.
Las disputas por los yacimientos de oro y cobre no son nuevas en la zona. Sin embargo, se cree que esta es la primera instancia en la que se registran muertes en medio de estos desencuentros.
Las autoridades dijeron que creen que una organización criminal estuvo involucrada y contrató personal profesional para llevar a cabo un desalojo de mineros que se tornó violento.
Ante la presión por no haber actuado a tiempo para detener la violencia, la policía local dijo que inicialmente no se dieron cuenta de que estaba ocurriendo una disputa violenta debido a la zona remota en la que se produjo el enfrentamiento.
Incidentes
Este tipo de incidentes entre mineros es frecuente en zonas remotas de Perú, donde la presencia de autoridades estatales es escasa.
En un comunicado del 8 de junio, la conferencia episcopal peruana expresó su “profunda cercanía y solidaridad con las familias de los heridos y nuestras condolencias por los fallecidos”.
“Es preocupante”, dijeron, que los enfrentamientos “no fueron identificados y atendidos a tiempo por los organismos gubernamentales y autoridades regionales”.
“Así como no debemos permitir la contaminación de nuestra biodiversidad y la amenaza a nuestra ‘Casa Común’, también por la minería que actúa sin respetar la naturaleza y la ley, con mayor razón no debemos permitir que se promueva cualquier forma de violencia, incluso más si atenta contra la vida y la dignidad humana”, dijeron.
Los obispos instaron al presidente peruano, Pedro Castillo, al Congreso de Perú ya otros órganos gubernamentales a “actuar con rapidez y eficacia para abordar este problema de manera integral” para que no haya más pérdidas de vidas.
“Recordemos que toda vida humana es sagrada”, dijeron.
La minería es una de las industrias más grandes de Perú, y el país contiene aproximadamente el 8,7 por ciento de las reservas mundiales de cobre, el 3,7 por ciento de su oro y el 22,6 por ciento de su plata. Actualmente, Perú ocupa el tercer lugar en la producción mundial de cobre, el segundo en producción de plata y el sexto en producción de oro.