Obispos del Perú comparten «sufrimiento e incertidumbre» del país. En reciente mensaje, los obispos del Perú dicen compartir «el sufrimiento y las grandes incertidumbres que atraviesa nuestro querido país».
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El mensaje se divide en 12 puntos, en los que los obispos peruanos analizan la situación del país, destacando sobre todo su profunda preocupación por la incertidumbre creada por la «extrema polarización política» que repercute en todos los ámbitos sociales.
Y especialmente en la vida de los más pobres y marginados, afectando cada vez más los valores de la convivencia humana.
Los obispos denuncian, por tanto, «el descuido doloroso e histórico de la situación de miles de compatriotas en la periferia del país», que acentúa las desigualdades sociales, genera dolor y resentimiento, y aumenta la desconfianza entre las autoridades y la población.
“Muchos compatriotas están sufriendo por la falta de trabajo, el alto costo de vida y el miedo a invertir en nuestro país”, continúan, así como la amenaza de una tercera ola del Covid-19.
En este sentido, señalan que a muchos padres les preocupa que la educación digital no haya logrado los objetivos de aprendizaje previstos; muchos estudiantes, especialmente los más pobres, no pudieron acceder a las aulas digitales; y hay claros signos de malestar mental y emocional en niños y niñas debido a la falta de contacto directo con compañeros y profesores.
Vacunación
“Instamos al gobierno a brindar las vacunas necesarias a todos, y al mismo tiempo invitamos a todos los peruanos a vacunarse, como expresión de responsabilidad por ellos mismos y por los demás”, piden los Obispos, además del derecho a expresar la fe de forma libre y responsable, en un contexto de seguridad sanitaria.
La fe puede contribuir «a la reconciliación y la superación de la polarización, generando una cultura de encuentro y diálogo. La intolerancia, la indiferencia y la discriminación no deben seguir prevaleciendo en nuestra convivencia», reitera el texto.
Por ello, los obispos peruanos invitan, «en este momento crucial de nuestra historia», a caminar juntos «en busca de la reconciliación y el bienestar de todos», teniendo objetivos comunes, superando las desilusiones, saliendo de nuestro camino. Ellos mismos y nuestros intereses. , para decir: «Sí a la proximidad y no al aislamiento, sí a la cultura del encuentro y no a la cultura del enfrentamiento».
En la búsqueda del bien común y la democracia, «el mecanismo político de exasperación, exacerbación y polarización» ciertamente no ayuda; más bien, es necesario utilizar los mecanismos previstos por la Constitución y el sistema legislativo vigente.
Por eso el mensaje invita: «Orientemos la democracia hacia la libertad, evitando todo autoritarismo. Hacia la igualdad, la lucha contra todas las formas de discriminación y pobreza. Hacia la fraternidad, la promoción de la amistad social y la protección de nuestra gran diversidad cultural y nuestra rica biodiversidad».
En la conclusión, los obispos reiteran su «deseo de diálogo con las autoridades gubernamentales», llamando a «trabajar juntos por el bien común a través de mesas de diálogo»: «La Iglesia extiende la mano y reitera su voluntad de tender puentes y trabajar juntos en fraternidad y la amistad social, por el bien común, el desarrollo humano integral y el fortalecimiento de nuestra frágil democracia”.