México, polémica por maíz transgénico con Estados Unidos. Estados Unidos pedirá a México conversaciones formales sobre disputa de maíz transgénico, una polémica que se extiende pese a los daños.
México maíz transgénico Estados Unidos
Estados Unidos planea solicitar conversaciones formales en el marco de su tratado de libre comercio con México sobre los planes mexicanos para limitar las importaciones de maíz transgénico, dijeron el lunes dos fuentes de la industria estadounidense.
La polémica parece extenderse entre ambos países, con una industria que mueve millones de dólares. El conflicto entre las dos naciones nació a finales de 2020, cuando el gobierno de México publicó un decreto en el que planteaba que para enero de 2024 sustituiría el maíz genéticamente modificado con producción local.
El desacuerdo de Estados Unidos con México sobre su plan para limitar las importaciones de maíz transgénico carece de fundamentos comerciales y, en cambio, tiene una motivación «política», ha declarado la Secretaría de Economía mexicana.
Estados Unidos ha dicho que podría considerar acudir a un panel de disputa comercial bajo el tratado de libre comercio de Norteamérica, TMEC, si es que no logra una resolución favorable a la disputa en torno al plan de México, que prohibiría el maíz genéticamente modificado para consumo humano.
La Secretaría de Economía de México dijo en un comunicado que la posición del país latinoamericano en torno al maíz transgénico es compatible con los compromisos suscritos en el acuerdo de negocios, que también incluye a Canadá.
No obstante, agregó, si Estados Unidos quisiera llevar el diferendo a un panel de disputa, «tendría que demostrar cuantitativamente, es decir, poner en cifras, algo que no ha ocurrido: que el decreto del maíz afecta comercialmente a sus importaciones».
Economía y Ciencia
El conflicto ha generado opiniones opuestas entre la comunidad científica. Por un lado se ubican quienes insisten en que hay suficiente evidencia de que en 35 años de uso los transgénicos no han generado ningún daño a la salud ni al ambiente, y por otro quienes ven su liberación como un riesgo de contaminación, y potencial pérdida, de los maíces nativos, con el agravante que México es el centro de origen y domesticación del cultivo.
Así que la solicitud de EE.UU. está atravesada por estas dos perspectivas: quienes lo ven como algo positivo y lamentan que el gobierno mexicano tome decisiones sin sustento científico, y quienes ven en la petición estadunidense un pretexto para no perder a México, su mayor importador de maíz amarillo que, tan solo en 2021, pagó 4.700 millones de dólares por 16,8 millones de toneladas.