Melody Gardot, dúo con Philippe Powell resulta jazz despojado

Melody Gardot, dúo con Philippe Powell resulta jazz despojado. Es la primera vez que Melody Gardot deja a alguien en su lugar en el piano, lo que Philippe Powell toma con gracia y mucha elegancia de jazz.

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Después de haber iniciado una forma de striptease en «Sunset in the Blue», la cantante estadounidense Melody Gardot la continuó con «Between them two», sexto álbum de estudio producido con el pianista franco-brasileño Philippe Powell.

El tándem actúa el sábado por la noche en el Théâtre du Léman, en Ginebra. Parada de una gira intensa y mágica dicen los artistas.

Ofreciendo un enfoque minimalista único, «Between Them Two» es un paisaje arquitectónico escaso lleno exclusivamente de piano y voces. También es la primera vez que Melody Gardot invita a alguien a ocupar su lugar habitual a los mandos del piano durante la duración de un disco.

Las diez canciones entre el jazz y el blues cuentan con el franco-brasileño Philippe Powell (hijo de Baden Powell) en los teclados. También desliza en ocasiones su voz suave bajo la de la cantante estadounidense afincado en París que también ofrece aquí tres títulos románticos en francés.

Una voz cargada también de ese imperceptible toque de gravedad que capta inmediatamente la atención y que marca la diferencia desde «Worrisome Heart», primer álbum publicado en 2008 que había visto a Melody Gardot apropiarse de los clásicos del jazz mezclando su propia experiencia.

Una experiencia dura, ya que esta pianista y guitarrista, atropellada por un coche a los 19 años, sufrió un politraumatismo con daño cerebral severo, del que se recuperará poco a poco, gracias a la musicoterapia.

Diva contemporánea

Desde entonces, la excepcional voz de Melody Gardot, que despierta recuerdos de leyendas como Billie Holiday, Nina Simone o Peggy Lee, ha seducido a lo largo y ancho, con una facultad de «sanadora de almas», aunque algunos lo crean.

Es una frase bonita, pero no estoy segura de que mi voz me haga algo, en el sentido de que sería realmente consciente de ello. Es una cuestión muy psicológica, aunque sé que la voz también ayuda en todo caso en musicoterapia”, indica la cantante originaria de Nueva Jersey.

Para Philippe Powell, “la voz de Melody Gardot traduce una fuente primaria de vida, un soplo, una vibración, un sonido. Es una voz y un camino a través del cual uno puede ser tocado por la gracia divina (…) un medio justo y voz irreprochable, habitada, de emoción».

Es una voz que atraviesa la médula y los huesos en definitiva.

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