Mariel Reyes, empresaria peruana dona fortuna de su matrimonio. David Vélez, cofundador de Nubank, y su esposa, la empresaria peruana Mariel Reyes, anunciaron donación de su fortuna a organizaciones benéficas.
Mariel Reyes fortuna
La pareja latinoamericana, David Vélez, cofundador del banco digital Nubank, y su esposa, la empresaria Mariel Reyes, anunciaron su compromiso de donar la mayor parte de su fortuna a organizaciones benéficas mientras estén vivos.
Forbes la sitúa en 5 mil millones de dólares.
Este ingeniero colombiano de 40 años dirige el exitoso nuevo banco que barre la zona con más de 40 millones de clientes y ha revolucionado el panorama bancario en Brasil. Vélez-Reyes se sumó a una iniciativa llamada Giving Pledge, siguiendo el ejemplo de Warren Buffett y Bill Gates.
Mariel Reyes, de 41 años de edad, economista peruana, está enfocada en Reprograma, una startup que enseña la programación informática a mujeres vulnerables, especialmente las mujeres negras y transexuales, en Brasil.
Con su esposo, este club de millonarios comprometidos ya cuenta con cuatro latinoamericanos. Los pioneros son Eli y Susie Horn, un empresario brasileño de 77 años y su esposa.
La pareja Vélez-Reyes, que vive en Brasil desde hace más de una década, anunció su compromiso en una carta publicada en Giving Pledge, en la que explicaron que pretenden dedicar la mayor parte de su riqueza a brindar oportunidades a los niños y adolescentes más vulnerables de América Latina porque “las oportunidades no se distribuyen de manera equitativa”.
Nubank
Nubank es la fuente de la mayor parte de la riqueza que han acumulado. Vélez fundó la empresa con dos socios en 2012 después de dejar su trabajo en Sequoia Capital, el fondo de capital de riesgo estadounidense, que lo envió a Brasil en busca de oportunidades de inversión.
Reyes, en cambio, ha sido empleada del Banco Mundial durante diez años.
El plan de estos millonarios es crear una plataforma benéfica. Se enfocan en América Latina para dar oportunidades a otras personas dispuestas a trabajar duro y enfrentar, escriben, “algunos grandes problemas de una manera poco convencional”. De hecho, reclutaron personal para ayudarlos con la misión caritativa en la que se embarcaron porque “la vida es limitada, porque no se pueden usar dos pares de zapatos al mismo tiempo y porque quieren que sus hijos construyan sus propios caminos».