Hellen Ñañez en Perú, tragedia de perder 13 familiares por Covid. Una madre en Perú, Hellen Ñañez, de 28 años, ha llorado la muerte de 13 familiares cercanos desde que se inició la pandemia el año pasado.
Hellen Ñañez Perú
Hellen Ñañez ha sufrido suficiente tragedia para toda su vida. La madre peruana de 28 años ha llorado la muerte de 13 familiares cercanos desde que la pandemia golpeó el año pasado: tíos, primos, un abuelo. Ahora su papá está luchando por su vida.
En un día reciente en un polvoriento cementerio en la ciudad portuaria de Pisco en el Pacífico, Ñañez visitó las tumbas de familiares perdidos por el COVID-19.
“La verdad es que no tengo más lágrimas”, dijo Ñañez, quien dejó sus estudios de psicología para trabajar y ayudar a pagar las facturas médicas de su padre. “Esto nos está quitando a nuestra familia. Nos está quitando nuestros sueños, nuestra tranquilidad y estabilidad”.
La historia de Ñañez es un sombrío reflejo de la tragedia que se desarrolla en América Latina, una región rica en recursos pero políticamente volátil de unos 650 millones de personas que se extiende desde México hasta los extremos australes de Chile y Argentina, cerca de la Antártida.
La región ha registrado 955.248 muertes relacionadas con el coronavirus, según muestra un recuento de Reuters, alrededor del 28% del número mundial de muertes. Está previsto que alcance la marca del millón este mes, lo que la convertirá en la segunda región en hacerlo después de Europa.
Pero a diferencia de las más ricas Europa y América del Norte, las naciones latinoamericanas han carecido del poder financiero para evitar que la gente caiga profundamente en la pobreza; Los sistemas de salud con fondos insuficientes se han tensado y los programas de vacunación se han estancado.
Líderes regionales desde el brasileño Jair Bolsonaro hasta el argentino Alberto Fernández y el mexicano Andrés Manuel López Obrador han sido criticados por su manejo de la pandemia, mientras que una serie de ministros de salud han sido despedidos.