Gahela Cari, la candidata trans al Congreso del Perú. La primera candidata trans al Congreso en Perú, Gahela Cari, analiza la situación política, la lucha feminista y los desafíos que enfrenta el espacio donde ahora milita.
Gahela Cari Perú
Hace un año, Gahela Cari se convirtió en la primera mujer trans en postularse para un cargo público en Perú. A pesar de recibir una alta aprobación con 24.562 votos, no obtuvo un escaño en el parlamento porque su coalición, Juntos por el Perú, no pasó el umbral del 5 por ciento exigido por la junta electoral a nivel nacional.
Ahora la situación es diferente. Las recientes protestas despertaron en la población un fuerte rechazo a las políticas conservadoras que dominan el país desde hace décadas. En este contexto, Perú volverá a realizar elecciones generales en abril.
Gahela se postulará nuevamente para el Congreso, como parte del movimiento Juntos por el Perú liderado por Verónika Mendoza. Según las últimas encuestas, Mendoza ocupa el tercer lugar en la carrera presidencial, con alguna chance de pasar a segunda vuelta.
– Te describes a ti misma como una mujer trans, afroandina, indígena, migrante, activista social, militante de izquierda y ecofeminista interseccional.
– Todos tenemos identidades diversas por las que pasa nuestro cuerpo y que nos vemos obligados a reprimir. Todos hemos crecido en una sociedad que nos ha enseñado a ocultar quiénes somos, a ser reprimidos y a sentirnos avergonzados. Eso sucede porque hay contratos sociales que nos obligan a hacerlo. Lo mismo ocurre con las personas racializadas porque hay un proceso de blanqueamiento. Es sobrevivir. Nadie oculta su identidad sexual o de género porque quiera. En realidad, es porque quieren seguir con vida.
– Los grupos conservadores tienden a atacar sus puntos de vista porque, según ellos, representan a una minoría y no representan el «interés común».
– No hago política pensando en lo que pensarán los que se oponen a los derechos [humanos]. Hago política pensando en las formas [de vida] que se han silenciado todo este tiempo, en las personas invisibles. No me preocupa ni un segundo lo que piensen los grupos anti-derechos.