En Perú filas día y noche para recibir oxígeno. La segunda ola de COVID-19 ha provocado que los suministros de oxígeno se agoten en Perú y muchas familias dicen que seres queridos al no obtenerlo.
Perú oxígeno
Mientras sus seres queridos luchan por respirar en casa, cientos de peruanos han empezado a dormir en la calle, a veces durante días y días, en filas de personas desesperadas por oxígeno en medio de una segunda ola mortal de la pandemia de coronavirus.
En el frío nocturno, se refugian en pequeñas carpas, debajo de mantas o láminas de cartón en las afueras de Criogas, una pequeña fábrica de oxígeno en la ciudad portuaria de El Callao, cerca de la capital Lima.
Cientos de cilindros de oxígeno del tamaño de un hombre se alinean en la calle frente a la fábrica, cada uno con el nombre de la persona que lo trajo.
“Ayer me paré en una cola larga. Estoy aquí desde las 5 de la mañana de ayer. Llegué tarde porque cuando llegué había gente que ya había pasado dos o tres días aquí”, dijo Yamil Antonio Suca.
El estudiante de 25 años dijo que esperaba no tener que pasar una segunda noche durmiendo a la intemperie, pero que no esperaba llegar al frente de la fila al final del día.
Ir a casa con las manos vacías no es una opción. «Mi padre tiene COVID-19, tiene 50 años, necesita oxígeno», dijo Suca.
Todas las mañanas, el personal de la fábrica ayudado por agentes de policía hace las rondas, revisa la lista de espera y anuncia cuántos cilindros se pueden llenar ese día.
La fábrica no ha aumentado su precio, a pesar de que otras han subido el suyo hasta en un 300%, una práctica que la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, ha denunciado como «verdaderamente criminal».