Crisis política y COVID en Perú, crece drásticamente desigualdad
Crisis política y COVID en Perú, crece drásticamente desigualdad. Con Perú aún víctima de una crisis política derivada en la demora de un mes para anunciar ganador de elecciones, la desigualdad es moneda corriente.
Perú crisis desigualdad
Mientras que los trabajadores peruanos han visto devastado su nivel de vida, la burguesía no se ha visto afectada por la misma crisis o, como en todos los demás países capitalistas del mundo, incluso ha aumentado su riqueza.
El país se enfrenta a lo que se ha calificado como un golpe de Estado a cámara lenta, ya que el partido fujimorista Fuerza Popular (FP) continúa su apuesta por anular las recientes elecciones presidenciales en las que la candidata del FP, Keiko Fujimori, perdió ante Pedro Castillo de Perú Libre. por un estrecho margen de 44.058 de un total de 25.287.954 votos emitidos.
Cualquiera que sea el candidato que asuma la presidencia el 28 de julio, la crisis que enfrenta la clase trabajadora solo se profundizará. En el análisis final, los dos candidatos ofrecen al sistema gobernante peruano medios alternativos para reprimir una erupción de malestar social en respuesta a condiciones económicas intolerables.
Fujimori representa la política del autoritarismo y la represión con mano dura; mientras Castillo ofrece un medio para desviar las luchas de la clase trabajadora por medio de promesas populistas y reformistas que él y su círculo saben que no cumplirá mientras se apresuran a asegurarle al capital peruano y extranjero que defenderá sus intereses de lucro.
La desigualdad económica venía creciendo desde 2014, cuando llegó a su fin una racha de 12 años de crecimiento sostenido del PIB nacional impulsada por un auge de la minería. La pandemia ha empeorado dramáticamente una situación económica ya precaria para la clase trabajadora.
Desempleo y pobreza
En medio del creciente desempleo y pobreza, la burguesía peruana y las corporaciones mineras transnacionales están decididas a reiniciar el proceso de extracción de plusvalía de la clase trabajadora, independientemente de la enfermedad y muerte continuas causadas por la pandemia de COVID-19. Perú tiene, con mucho, el número de muertos por COVID-19 per cápita más alto del mundo.
Aun exigiendo una reapertura económica, empresas y particulares están cubriendo sus apuestas, transfiriendo la enorme suma de 17 mil millones de dólares al exterior, temiendo que un gobierno encabezado por Pedro Castillo resulte incapaz de disciplinar a la clase trabajadora.
Los niveles de vida están siendo erosionados por la inflación, y los precios al consumidor subieron un 3,2 por ciento en comparación con hace un año. El aumento de precios afecta principalmente a la “canasta básica de alimentos”.