Covid-19 en Perú, «el virus se propaga sin control». Abril es el mes más mortífero de la segunda ola de Covid-19 en Perú y podría ser el peor desde el inicio de la epidemia, bajo el descontrol de una crisis inédita.
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A principios de abril de 2020, la noticia de la existencia de fosas clandestinas en Iquitos (norte), principal ciudad de la Amazonía peruana, reveló el horror de la tragedia sanitaria.
Las autoridades locales aprobaron el entierro masivo de los muertos del Covid-19 en un terreno baldío, según Associated Press, luego que las familias creyeran que los cuerpos fueron enterrados en el cementerio local.
Los hechos se remontan a casi un año atrás, pero la historia, símbolo de un país cuyos servicios hospitalarios y funerarios han llegado a la saturación, resuena hoy con fuerza, mientras que el mes de abril habrá sido el más mortífero de la segunda ola, iniciada a mediados de enero.
Según cifras oficiales del Ministerio de Salud, Perú registra un promedio de más de 300 muertes diarias, para una población de 33 millones. En total, ha habido más de 60.000 muertes allí desde el inicio de la pandemia.
Una cifra que en realidad podría acercarse al triple, o 164.600 muertes, según el registro nacional de defunciones, Sinadef, que también recopila muertes «sospechosas» y «compatibles» con Covid-19.
Perú sería así el país con mayor exceso de mortalidad del mundo, en relación a su población.
Cifras “espantosas”, en palabras del director del Colegio de Médicos, Miguel Palacios. «El virus se propaga descontroladamente», ya que los peruanos se encuentran en medio de la campaña electoral para la segunda vuelta de las elecciones generales del 6 de junio.
Casi 1,8 millones de personas se han infectado. La falta de camas en las unidades de cuidados intensivos y la grave escasez de oxígeno explican en parte esta dramática situación de salud.
Miguel Palacios recuerda que el personal médico «duro» está agotado. Más de 430 médicos han muerto desde el inicio de la epidemia; «Carecemos de recursos humanos», lamenta. Según el Instituto Nacional de Salud, la variante brasileña es responsable del 40% de las nuevas infecciones en Lima.
