Bolivia, jesuitas en el ojo de la tormenta pedofilia. En Bolivia sacerdote Alfonso Pedrajas, miembro de los jesuitas presuntamente abusó de más de 80 menores desde la década de 1970.
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Alfonso Pedrajas, miembro de la Compañía de Jesús de Bolivia, fallecido en 2009, presuntamente abusó de más de 80 menores en Bolivia desde principios de la década de 1970. Escándalo por pedofilia.
Los periodistas tuvieron acceso al diario del criminal, transmitido por su propio sobrino, quien desconfiaba demasiado de la idea de informar a su familia o a la jerarquía de la Iglesia, quienes probablemente habrían encubierto el asunto.
Podemos leer en particular en estas páginas: “Mi mayor fracaso personal es haber abusado sexualmente de unos 85 menores. Mis hermanos en la Iglesia, los siete superiores que tuve y una docena más de sacerdotes, siempre me protegieron ocultando mis “pecados” y las denuncias en mi contra. Sin embargo, cada vez tengo más miedo de que esto salga a la luz, especialmente después de la muy publicitada investigación del Boston Globe en 2001″.
Desde la publicación de la investigación, la tierra ha temblado bajo el plomizo cofre eclesiástico. Los muros del silencio se están resquebrajando. Tanto es así que Roma decidió reaccionar enviando a La Paz, el 23 de mayo, a uno de sus mejores expertos en materia de abusos sexuales: el sacerdote español Jordi Bertomeu, funcionario del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
Oficialmente, se reuniría con los obispos de Bolivia para hacer un balance de la marcha de los procesos de prevención de los delitos sexuales en la Iglesia. Pero su cargo como funcionario en la sección disciplinaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe y la gravedad de la situación sugieren que la acción será de una escala completamente diferente.
Iglesia boliviana
La Iglesia boliviana tiembla, especialmente los jesuitas, que hasta ahora se han librado relativamente del olor a escándalo en los distintos continentes. La provincial destituyó a ocho ex altos funcionarios acusados de encubrimiento. Desde la publicación de El País han ido lloviendo las denuncias, tanto en los juzgados como en las oficinas de la Compañía de Jesús, no sólo contra Pedrajas, sino también contra otros compañeros jesuitas españoles. Los jesuitas también se han visto obligados a reconocer varias denuncias que conocieron hace varios años y que hasta ahora no habían hecho públicas ni denunciado a las autoridades.
Más allá de los oscuros misterios de la Iglesia, es toda la sociedad de Bolivia frente al problema de pedofilia de los jesuitas. El Ministerio Público, en respuesta a estas nuevas denuncias, ha formado una comisión de fiscales para investigar todos los casos y ya ha ordenado varios allanamientos en propiedades de los jesuitas, incluida su sede en La Paz, para obtener información y documentos sobre los imputados.
Además, el presidente de Bolivia, Luis Arce, presentó hace tres semanas un proyecto de ley para hacer imprescriptibles los delitos de pedofilia y creó una comisión de la verdad para investigar estos casos y reparar a las víctimas. Luis Arce también envió una carta al Papa Francisco, en la que pide «que la justicia boliviana tenga acceso a todos los archivos, registros e información sobre estas denuncias y hechos de abuso sexual cometidos por sacerdotes y religiosos católicos en territorio boliviano».
Vaticano
La carta fue presentada el 22 de mayo, durante una conferencia de prensa en la que el presidente Arce amenazó con prohibir el ingreso al territorio nacional de sacerdotes y religiosos extranjeros que presuntamente tuvieran antecedentes de abuso sexual de menores. Por su parte, el gobierno boliviano ha anunciado que estudia mecanismos de control para verificar los antecedentes de los clérigos que ingresan al país.
“Los sacerdotes no pueden venir a ser los guías espirituales de nuestros hijos, los violadores a enseñarles el camino de Dios a nuestros hijos mientras abusan de ellos, es inconcebible”, declaró allí hace unos días a los medios la ministra de Presidencia. La reacción masiva involucra también a la población: cientos de personas se manifestaron en las tres principales ciudades de Bolivia contra los crímenes sexuales perpetrados por sacerdotes católicos contra niños.
Ante este maremoto, la Iglesia Católica de Bolivia admitió, el 25 de mayo de 2023, haber sido “sorda” ante el sufrimiento de las víctimas de los sacerdotes pedófilos. El secretario general de la Conferencia Episcopal de Bolivia, Giovani Arana, admitió en un comunicado que las víctimas habían “encontrado una Iglesia que se mantuvo sorda a su sufrimiento”, en lugar de “brindarles la protección y el cuidado que merecían”.
“Tenemos la certeza de haber participado, directa o indirectamente, del profundo dolor causado a personas inocentes que han sido víctimas de abuso sexual. En Bolivia, el terremoto debería experimentar otras réplicas. Los testimonios de las víctimas fluirán y los casos se resolverán».