Bolivia, García Linera teoriza sobre victoria cultural. Ex vicepresidente de Bolivia con Morales, Álvaro García Linera cree que victorias populares requieren series de previas victoria cultural.
Bolivia García Linera victoria cultural
Quien fuera sostén intelectual en la Bolivia de Evo Morales, su vice Álvaro García Linera, habló sobre victoria cultural en discurso pronunciado en el VIII Congreso Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales.
Dijo: «La izquierda ha traído nuevas formas de gobernabilidad: los países son funcionales y estables y ofrecen algo más que coaliciones políticas partidistas. Lo que le hemos mostrado al mundo es que el verdadero gobierno plebeyo se construye tanto por una mayoría parlamentaria como por una mayoría en las calles».
Más allá de su paso por la política de Bolivia, García Linera ha sido una figura destacada en el desarrollo del pensamiento marxista latinoamericano. Entre sus escritos se encuentran «Poder plebeyo: acción colectiva e identidades indígenas, obreras y populares en Bolivia» y «El horizonte comunitario: hacia una nueva izquierda». Su reflexión sobre la batalla y la victoria cultural es intensa.
Progresista
«¿Qué significa ser progresista, ser populista, ser de izquierda, ser socialista en América Latina? Significa sacar de la pobreza a 72 millones de personas en América Latina. Significa fortalecer los sindicatos y una multitud de movimientos sociales. Significa nuevas formas de participación como los referéndums, la democracia comunitaria, las iniciativas intersectoriales y las movilizaciones sociales que incidieron en el Estado y se tradujeron en cambios de decretos y leyes», sostiene.
«Hay una creciente democratización de las relaciones personales y un impulso por la autonomía corporal en el que cada mujer es y debe ser soberana sobre las decisiones sobre su cuerpo. Los gobiernos progresistas han aprendido del movimiento de mujeres. Es probable que muchos gobiernos comenzaron sin comprender en absoluto, o de ser así, solo desde la distancia.
«Pero, a medida que avanzaban, fueron lo suficientemente flexibles y sabios como para abandonar sus creencias iniciales saturadas de puntos de vista conservadores. En cambio, adoptaron una actitud de acompañamiento y no de dirección, porque las mujeres no necesitan ser dirigidas, sino acompañadas en sus luchas por sus reivindicaciones».
Izquierda
Durante los últimos doce años, la izquierda ha traído nuevas formas de gobierno: los países son funcionales y estables, ofreciendo más que simples coaliciones políticas partidistas. Lo que le hemos mostrado al mundo es que el verdadero gobierno plebeyo se construye tanto por una mayoría parlamentaria como por una mayoría en las calles. Gobernamos desde la calle y desde el parlamento, y la unidad de estos dos hace funcionales los gobiernos progresistas.
Los gobiernos y las fuerzas progresistas en América Latina también tuvieron la fuerza de construir sobre victorias culturales anteriores, ya sea de manera prolongada durante 10 a 20 años, o de manera concentrada en los meses o años previos a grandes levantamientos sociales catárticos. Gramsci tenía razón: toda victoria popular, política o militar requiere de victorias culturales previas desarrolladas en diferentes aspectos de la vida: en las universidades, en los medios de comunicación, en los barrios, en las actividades cotidianas, en la familia, etc.
Latinoamérica
En el camino, el progresismo latinoamericano ha resuelto un debate que tiene lugar en el contexto de la reconstitución de la izquierda europea, sea socialista o socialdemócrata radical: la relación entre progresismo y libertad. En general, los que venimos de izquierda en los años 60 y 70 estábamos alejados del concepto de libertad porque lo asociábamos con el libre mercado o el egoísmo del interés personal. Mirando los hechos y sin mucha reflexión, el progresismo latinoamericano ha abordado este tema de una manera muy creativa.
A través de nuestro respeto a las libertades republicanas, es decir, la libertad de opinión, la libertad de asociación, la libertad de pensamiento, la libertad de formar libremente la voluntad política nacional, hemos podido llegar al poder y transformar el poder mismo a través de elecciones. Y volveremos al poder una y otra vez (y otra vez) a través de elecciones».