Argentina, populismo deja el país a la deriva

Argentina, populismo deja el país a la deriva. Gobierno de Cristina Kirchner es una bomba cada vez más peligrosa, en una retirada del populismo en Argentina peor a lo que recibió post crisis 2001.

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Argentina está atrapada en un colapso económico que el populismo jamás podría resolver pero sí agravar, tal las políticas desesperadas que intentan emparchar un país quebrado. Esto podría hacer que la extrema derecha regrese al poder bajo la irrupción inesperada de Javier Milei, que a veces parece enceguecido por una idea académica más que real: abolir el banco central.

Varios afirman que la locura de los argentinos por una inflación desesperante y una economía retrógada y en contra la inversiones y el desarrollo del potencial exportador, el destino del populismo solamente habría haber cambiado de izquierda a derecha.

La inflación anual en Argentina es del 113 por ciento, la más alta en más de 30 años. Ha empujado al 40 por ciento de la población a la pobreza, ya que los precios altísimos superan los salarios.

La crisis se intensificó la semana pasada cuando el banco central elevó las tasas de interés del 97% al 118% para detener una venta masiva de bonos del gobierno y el peso argentino, que alcanzó un mínimo histórico frente al dólar.

La inflación obligó a los funcionarios a devaluar el peso en un 18 por ciento el lunes, lo que algunos economistas esperan que impulse aún más la inflación, posiblemente enviándola al 150 por ciento.

El último desplome se desató cuando Milei, una autodenominada «anarcocapitalista» y admiradora de Donald Trump, ganó la primera vuelta en las elecciones presidenciales.

Oposición

Hace una semana se dirimió la interna del principal partido de la oposición en Argentina. Destacó la victoria de la exministra de Seguridad Patricia Bullrich sobre el jefe de gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Fue una victoria, en definitiva, de los ‘halcones’ contra las ‘palomas’ en la principal fuerza opositora. Del “Si no es todo, no es nada” de Bullrich frente a las propuestas gradualistas de Rodríguez Larreta.

La campaña de Bullrich estaba dotada de todos los ingredientes: tenía simultáneamente un estilo práctico y un fuerte énfasis en desplegar mano de hierro contra la inseguridad y la protesta social. Su triunfo en las elecciones internas le dio a Bullrich buenas posibilidades de llegar a la Casa Rosada.

Militante del peronismo revolucionario de la década de 1970, Bullrich luego se volvió hacia la derecha de línea dura. Mantiene, sin embargo, posiciones liberales en algunas áreas, reflejadas en su apoyo a la despenalización del aborto y la aprobación del matrimonio igualitario.

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