Argentina, Elie Rohr es la motoquera más destacada en redes. Apasionada por las motos y los autos, la modelo de lencería de Argentina Elie Rohr impresiona en las redes sociales por su toque boudoir.
Argentina Elie Rohr redes
Sin pretensiones de ser modelo, Elie Rohr es una figura de las redes sociales en Argentina, en las cuales muestra sus pasiones. Una de ellas es el automovilismo, a lo que también se relaciona con ser socia de una agencia de autos. También es secretaria administrativa, una versatilidad a tono con la época.
La argentina utiliza el tiempo libre para desplegar otra de sus actividades, entre ellas las sesiones de fotos para distintas marcas de lencería sexy. Su enganche con las fotos viene «desde que chica, siempre me ha gustado posar y que saquen fotos». Y agrega: «Con el asunto de las fotos si empecé en la intimidad y de grande surgió con fotógrafos profesionales».
Hoy ella luce sus 37 años sin ningún complejo.
Vestuarios
La motoquera de Argentina que revienta Instagram tiene sus preferencias a la hora de posar. Los usuarios pueden encontrarla en pantalón de cuero, pero también con traje antiflama («tengo un auto de carreras), cascos y minifaldas al límite.
Pese a sus atributos físicos, Elie Rohr jamás ha sido promotora de automovilismo, casi un género entre las mujeres más osadas del deporte. No hay dudas que si se lo propone bien podría ser ahora una chica de los autos.
Las prendas que usa de vestuario para las sesiones, la mayoría «ls elijo yo, aunque a veces me mandan las que quieren que me saque o necesitan promocionar. Pero mayormente son de mi elección», afirma.
Lencería
La mayoría de los perfiles de Elie Rohr en las redes han sufrido denuncias y suspensiones. Pero ella insiste y persevera, todo a cuento de su gusto y comodidad entre la iconografía del erotismo. En Instagram presenta su perfil como la «cuenta número un millón…».
La lencería que más placer le gusta mostrar es de color rojo y negro. Pero en gustos «soy bastante amplia» y lo explica: «Me gusta mucho lo sutil y delicado. A la vez me gusta la lencería más bizarra si se quiere. Color flúor», dice, riendo.
También le gustan los disfraces. Aunque tiene su exigencia. «Me gustan los disfraces buenos, si, pero esos comunes de sex shop no, para nada». En ese vestuario puede aparecer como bebota o mucama. «Cola less, obvio», agrega.
Y se confiesa aún más: «Hay lencería muy cara y me encanta pero también me compro a veces en lugares que tienen modelos muy comunes y las compro si me gusta como me quedan».
Dato para fans: es muy habitual de los bodys. Y justamente hizo fotos con ellos. «Lo hice hace unos años para un sex shop».
Rock y gym
La nacida en Morón, Argentina, no hace videollamadas. «No me gusta, ni siquiera monetizando», detalla.
En cuanto a la música que Elie Rohr curte, su respuesta es rápida e inconfundible: rock.
«Pero escucho un poco de todo, no tengo drama con eso», desliza, mientras narra que «soñaría con conocer al grupo La Renga y sacarme fotos con la banda».
¿Sale a bailar o es más bien casera? «Salgo poco a bailar soy más de ir a tomar algo por ahí».
Una cosa que tiene pendiente y que le gustaría hacer es pole dance. Por alguna razón dice que todavía «no arrancó y entreno un poco. Pero ahora empiezo en otro gym y le meto con un personal», aclara.
Seducción
La influencer de Argentina tiene predilección por el arte de la seducción y el erotismo. «Me encanta seducir. Me gusta tanto hacerlo que estoy arreglando para empezar a hacerlo en lugares públicos, como escalinatas».
Lo desglosa mejor: «sesiones públicas, no subidas de tono, como en los escalones de la facultad de Derecho de Buenos Aires, por ejemplo. Pero no fotos tan eróticas, sino más bien con más ropa».
Contenido
Elie Rohr destaca modelando lencería para trabajos gráficos y audiovisuales. En el futuro «tengo pensando meterme en OnlyFans o alguna de esas plataformas».
Relata: «Es casi seguro que me meta allí. La mayoría de mensajes que me llegan es por venta de contenido adulto».
Si es necesario se debe aclarar que bebe «cada tanto» y que el runrun de los motores le erizan la piel.