Amazonía, milicias armadas en Brasil controlan vastas zonas. Biodiversidad de Amazonía es clave para regular niveles de agua y oxígeno de la Tierra, pero milicias armadas en Brasil son un problema.
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El futuro de la agenda ambiental está en curso de colisión con el pasado violento de Brasil, como lo ilustraron recientemente los asesinatos del experto indígena brasileño Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillips.
Tres hombres que pescaban ilegalmente en el Valle de Javari, una parte de la Amazonía brasileña cerca de la frontera con Perú, fueron acusados de asesinar a Pereira y Phillips. Las milicias armadas en áreas remotas y sin ley de la Amazonía son un tema poco estudiado simplemente porque son muy peligrosos para investigar. Pero sus actividades son de importancia mundial.
Las comunidades indígenas en bosques desprotegidos (que cubren el 56,3% de la región) han visto la tierra y la vida silvestre devastada en las últimas décadas por la pesca ilegal, la deforestación y la extracción de minerales. Los agronegocios, las empresas mineras, los pescadores, los urbanizadores y los madereros ahora avanzan en los territorios indígenas restantes y las áreas protegidas para explotar oro sin explotar, minerales, peces y suelos fértiles.
En la campaña electoral de 2018, Jair Bolsonaro afirmó: “No se demarcará ni un centímetro de tierra para reservas indígenas”. Desde que asumió el cargo, su gobierno ha debilitado las protecciones indígenas y ambientales y ha reducido la aplicación.
También ha apoyado el proyecto de ley 490/2007 que, de aprobarse, impediría que las comunidades indígenas obtengan el reconocimiento legal de las tierras tradicionales si no estaban presentes en ellas antes del 6 de octubre de 1988.
Pueblos indígenas
El proyecto de ley evitaría que los pueblos indígenas reclamen tierras adicionales para expandir los territorios designados y otorgaría al gobierno el poder de eliminar las reservas que decidiera que ya no eran necesarias para la supervivencia cultural de un grupo indígena, o para fines que considerara de interés nacional, como como la construcción de bases militares o carreteras.
Si bien muchos condenan a Bolsonaro, fijar el destino de la Amazonía en las acciones de un gobierno pasa por alto una historia más larga de acaparamiento de tierras y violencia relacionada con los recursos en Brasil. Ya en el siglo XVII, los bandeirantes (expediciones de caza de esclavos comandadas por las élites empresariales portuguesas) se dirigieron hacia el oeste en busca de pueblos indígenas para esclavizar. Posteriormente, utilizaron su mano de obra para extraer y transportar oro, plata y diamantes.